EL USO ÉTICO DE LA INFORMACIÓN: DERECHOS Y RESPONSABILIDADES

Vivimos en un mundo interconectado donde la información fluye de manera constante, rápida y sin fronteras. Internet, las redes sociales, los medios digitales y los motores de búsqueda nos brindan acceso inmediato a una enorme cantidad de datos, conocimientos, opiniones e imágenes. Sin embargo, esta facilidad de acceso también conlleva importantes desafíos: ¿cómo asegurarnos de que estamos utilizando esa información de forma correcta, respetuosa y responsable?

El uso ético de la información es un concepto que trasciende lo meramente técnico; involucra principios morales, normas legales y valores sociales. No se trata solo de evitar el plagio o citar correctamente una fuente, sino de comprender que detrás de cada dato, imagen o texto hay autores, contextos y derechos que deben ser respetados. Además, como ciudadanos digitales, también tenemos la responsabilidad de cuidar lo que compartimos, verificar la veracidad de lo que consumimos y proteger la privacidad de las personas.

En este blog abordaremos qué implica el uso ético de la información, cuáles son los derechos fundamentales asociados a ella, y qué responsabilidades debemos asumir como usuarios, creadores y difusores de contenido en el entorno digital. A través del análisis de fuentes confiables y marcos normativos, se busca generar conciencia sobre la importancia de actuar con integridad en la gestión de la información, contribuyendo así a una sociedad más informada, crítica y respetuosa.

¿Qué es el uso ético de la información?

El uso ético se refiere a tratar datos, ideas, imágenes o contenidos de manera honesta, respetuosa y responsable, especialmente en entornos digitales: respetar derechos de autor, citar fuentes y evitar manipulación.

1. Marco normativo y derechos fundamentales

  • El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos consagra que toda persona tiene derecho a “recibir informaciones y opiniones, y a difundirlas sin limitaciones” – a la vez que impone deberes de respeto a reputación, seguridad y moral pública.   
  • La Carta de Derechos Digitales de España (2021) reitera que los derechos analógicos—como privacidad, acceso y neutralidad—deben protegerse también en el entorno digital

2. Responsabilidad social de comunicadores y medios

  • Según el Observatorio del Tecnológico de Monterrey, los comunicadores tienen “una obligatoriedad moral de procurar y respetar la información que brindan, evitando la influencia de ideologías o intereses particulares”
  • La Responsabilidad Social de los Medios exige priorizar el bien común y el respeto a las personas; el periodismo debe entenderse como un servicio público que precisa actuar con veracidad, imparcialidad y responsabilidad.

3. Principios éticos en la práctica informativa

  • El Código de Ética de la SPJ promueve:
    1. Verificar la información ante fuentes originales.
    2. Minimizar el daño protegiendo la privacidad y dignidad de los afectados.
  • El reportaje ético exige transparencia sobre fuentes y procesos, y salvaguardar la privacidad, especialmente de personas vulnerables.

4. Ética en el uso de datos personales

  • Las empresas deben aplicar el principio de minimización (recoger solo los datos necesarios), solicitar consentimiento informado, garantizar transparencia y proteger los datos mediante medidas técnicas adecuadas.
  • La LOPDGDD (España) y el RGPD (UE) sitúan al titular como dueño de sus datos y pueden imponer multas de hasta el 4 % de la facturación o €20 M por incumplimiento.

5. Formación de usuarios y alfabetización ética

  • La alfabetización informacional obliga a desarrollar pensamiento crítico: “pensar, elegir y decidir con libertad socialmente responsable”
  • Las bibliotecas y centros de información tienen el deber de acompañar a los usuarios en el acceso responsable, incentivando la cita correcta, la evaluación de fuentes y la prevención del plagio.

El uso ético de la información se sustenta en un equilibrio entre derechos (libre acceso, expresión, privacidad, dignidad) y responsabilidades (verificar, citar, proteger, actuar con transparencia). Los comunicadores, instituciones y ciudadanos debemos adoptar estándares de integridad profesional, marcos regulatorios (como RGPD y cartas digitales) y una cultura de reflexión crítica. Sólo así podremos asegurar que la información, motor de una sociedad democrática, se utilice con responsabilidad, respeto y veracidad, evitando sesgos, manipulaciones o vulneraciones de derechos.

Fuentes: 

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